A diferencia de las computadoras tradicionales, una PC con inteligencia artificial, o PC con IA, viene con capacidades de IA integradas por diseño. La IA se ejecuta localmente, directamente en la máquina, lo que le permite esencialmente aprender, adaptarse, razonar y resolver problemas sin necesariamente tener que conectarse a la nube o incluso a Internet. Esto aumenta enormemente el rendimiento, la eficiencia y la seguridad de la informática al tiempo que mejora la experiencia del usuario.
¿En qué se diferencian las PC con IA de las tradicionales?
Las PC tradicionales funcionan con CPU y GPU (pero la mayoría de las PC usan una CPU integrada para las tareas cotidianas) y sus componentes esenciales incluyen una placa base, dispositivos de entrada como teclados y ratones, almacenamiento a largo plazo y memoria de acceso aleatorio (a corto plazo) (RAM). Si bien se destacan en tareas como la búsqueda diaria en la web, el procesamiento de datos y la transmisión de contenido, generalmente no vienen con muchas funciones de IA integradas y tienen dificultades para realizar tareas complejas de IA debido a limitaciones de latencia, memoria, almacenamiento y duración de la batería.
Esas PC tradicionales suelen tener GPU integradas (iGPU) que están integradas en la CPU y comparten la RAM del sistema. Un paso más allá son las unidades de procesamiento de gráficos discretos (dGPU), que se pueden encontrar en dispositivos como los que ofrece Dell. Estas tarjetas separadas manejan tareas con muchos gráficos, como renderizado y edición de videos 4K, modelado 3D complejo y juegos. Las dGPU tienen más rendimiento que las GPU integradas porque tienen su propia memoria dedicada, incluida la memoria de vídeo (VRAM) y la fuente de alimentación.


