«La falta de regulaciones unificadas crea un entorno complejo para los desarrolladores de IA», afirmó Anish Nath, director de práctica de Everest Group. «Este caso podría dar lugar a normas de derechos de autor más estrictas que exijan a los desarrolladores obtener licencias explícitas y podría aclarar la autoridad jurisdiccional de los tribunales nacionales sobre las empresas internacionales de IA, incluso aquellas sin operaciones físicas en un país».
La ANI presentó su pleito en noviembre, acusó a OpenAI de utilizar su contenido protegido por derechos de autor sin permiso para entrenar ChatGPT y solicitó una indemnización junto con la eliminación de los datos almacenados. La ANI sostiene que las prácticas de OpenAI no sólo constituyen una infracción de derechos de autor, sino que también difunden información errónea al generar noticias falsas atribuidas a la agencia.
Durante procedimientos anteriores, OpenAI dijo al tribunal de Delhi que había bloqueado el dominio de ANI y había dejado de utilizar sus datos con fines de capacitación. Sin embargo, ANI insiste en que el contenido anterior permanece incrustado en los sistemas de ChatGPT y debe eliminarse, agrega el informe.
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