Los retrasos en la planta de TSMC en Arizona podrían obligar a sus clientes a depender de instalaciones con sede en Taiwán, dejándolos vulnerables a riesgos geopolíticos vinculados al dominio de Taiwán en la producción de semiconductores.
«Esta situación también podría retrasar el lanzamiento de productos de próxima generación en el mercado estadounidense, afectando los plazos para las innovaciones en inteligencia artificial, juegos e informática de alto rendimiento», dijo Rawat. “Además, sin acceso a chips avanzados locales, las empresas tecnológicas estadounidenses incurrirán en mayores costos de transporte e importación, lo que disminuirá sus márgenes de ganancias. En sectores competitivos como la inteligencia artificial y los vehículos autónomos, un tiempo de comercialización más lento podría debilitar la competitividad global”.
Para TSMC, los retrasos y los desafíos podrían tener implicaciones significativas para las operaciones de las fábricas, particularmente en el mantenimiento de la rentabilidad y la eficiencia.
«El costo de mantener la fábrica, la tasa de utilización de la fábrica y la tasa de rendimiento son métricas clave para mantener la fábrica rentable», dijo Neil Shah, socio y cofundador de Counterpoint Research. «Por lo tanto, TSMC buscaría trasladar la mayor cantidad de negocios posible de sus clientes a la fábrica de Arizona para igualar la capacidad actual y futura, mantener la tasa de utilización y luego aprovechar la tasa de rendimiento para maximizar la eficiencia».
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