Google tomó esto como una victoria parcial, con el vicepresidente de asuntos regulatorios de la compañía, Lee-Anne Mulholland, que indica: «Ganamos la mitad de este caso y apelaremos la otra mitad. El tribunal determinó que nuestras herramientas anunciantes y nuestras adquisiciones, como DoubleClick, no dañan la competencia. No estamos de acuerdo con la decisión del tribunal con respecto a nuestras herramientas de editor. Los editores tienen muchas opciones y eligen Google porque nuestras herramientas de tecnología publicitaria son simples, asequibles y efectivas».
Geller calificó el fallo como un «punto de inflexión importante» para la publicidad digital, ya que confirma que el dominio de Google no se trataba solo de cuota de mercado: fue reforzado por prácticas ilegales como vincular DoubleClick para editores (DFP) con Google Ad Exchange.
«La separación estructural ya no es teórica, está avanzando», dijo. «Para los anunciantes y editores, las implicaciones son reales».