«Es posible que las empresas también necesiten reevaluar sus prioridades estratégicas, lo que puede conducir a un aumento innecesario de los costos de innovación», dijo Charlie Dai, vicepresidente y analista principal de Forrester. «Por otro lado, las preocupaciones regulatorias obligarán a las empresas fuera de los EE. UU. a priorizar aún más las estrategias de localización para lograr la autosuficiencia en áreas críticas, lo que podría conducir a ecosistemas de innovación cada vez más aislados».
Las nuevas reglas también pueden requerir que las empresas estadounidenses sigan de cerca los cambios regulatorios nacionales e internacionales y establezcan programas de cumplimiento ágiles para adaptarse rápidamente a los requisitos cambiantes.
«Estas limitaciones también pueden disminuir las inversiones en I+D y tener profundos efectos económicos a largo plazo, sofocando el avance en sectores fundamentales como los semiconductores, la computación cuántica y la inteligencia artificial, lo que en última instancia obstaculiza el progreso tecnológico general», dijo Thomas George, presidente de Cybermedia Research.
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