Vaya, los jueces tendrán ahora la última palabra a la hora de establecer políticas detalladas. Estoy encantado. Este es sólo otro capítulo en el debate en curso sobre el equilibrio de poder entre las agencias federales y el poder judicial. Teniendo en cuenta cómo han estado fallando últimamente los tribunales, especialmente la Corte Suprema, no estoy muy contento.
La FTC tampoco está contenta. Supongo que apelará (no tengo muchas esperanzas en sus posibilidades ante la actual Corte Suprema). En cualquier caso, la FTC seguirá abordando los acuerdos de no competencia mediante acciones de cumplimiento caso por caso. Las posibilidades de que tenga mucho éxito son escasas, pero tenemos esperanzas.
Mientras la FTC analiza sus próximos pasos, las empresas y los empleados siguen en un limbo en lo que respecta al destino de los acuerdos de no competencia. Supongo que las empresas se aferrarán a sus acuerdos hasta que la FTC o los tribunales les quiten sus frías y muertas manos de encima.
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