Yuval Noah Harari, autor y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y signatario de la carta abierta, agregó en una nota personal que «la superinteligencia probablemente rompería el sistema operativo mismo de la civilización humana, y es completamente innecesaria. Si en lugar de eso nos concentramos en construir herramientas de IA controlables para ayudar a personas reales hoy en día, podemos lograr de manera mucho más confiable y segura los increíbles beneficios de la IA».
En la lista de firmantes faltan los líderes actuales de las principales empresas de IA, incluidas OpenAI, Anthropic, Google, Meta y Microsoft, lo que refleja una división cada vez mayor entre quienes construyen sistemas avanzados de IA y quienes exigen restricciones.
Para las empresas, el debate se produjo en un momento en que las empresas invierten miles de millones en infraestructura de IA. El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, estableció Meta Superintelligence Labs en junio después de invertir 14.300 millones de dólares en Scale AI, mientras que Sam Altman de OpenAI dijo en enero que OpenAI está cambiando su enfoque hacia el desarrollo de superinteligencia.