El ambicioso proyecto Apple Car, conocido internamente como Proyecto Titán, fue cancelado a principios de este año después de casi una década de desarrollo. Pero tanto trabajo no desaparece de la noche a la mañana. ¿Qué queda atrás? ¿Qué ha sido de los empleados contratados para trabajar en el proyecto y de la tecnología que han desarrollado? ¿Apple desviará los recursos hacia nuevas vías o todo será una pérdida total?
En este artículo analizamos cómo Apple está afrontando las consecuencias de su proyecto de automóvil, qué aprendió del fracaso y el impacto que todo esto está teniendo en la empresa y en la industria tecnológica en general.
La misteriosa flota de Apple
En enero de 2024, Apple tenía una flota de 68 vehículos de prueba autónomos y 162 conductores registrados. A pesar de la cancelación del proyecto, Apple decidió no desmantelar estos vehículos. Según informes de los medios, los vehículos de prueba siguen totalmente matriculados. Sin embargo, el número de conductores se ha reducido drásticamente de 172 a 15. Los permisos son válidos hasta el 30 de abril de 2025.
¿Por qué Apple se aferra a su flota? Una posible explicación es que la empresa quiera vender la propiedad intelectual del proyecto y que los vehículos podrían servir como unidades de demostración para presentar las tecnologías desarrolladas a compradores potenciales.
Otra posibilidad es que Apple esté archivando los datos de investigación obtenidos para utilizarlos en futuros desarrollos. Los empleados restantes podrían desempeñar un papel central en la gestión ordenada de los recursos del proyecto.
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¿Por qué falló el Apple Car?
El Proyecto Titán se lanzó en 2014 en un intento por catapultar a Apple a la industria automotriz. El objetivo era desarrollar un vehículo eléctrico autónomo que cumpliera con los altos estándares de Apple, pero a pesar de una inversión financiera de alrededor de 10.000 millones de dólares y la colaboración de más de 2.000 especialistas, el proyecto fracasó.
Una de las principales razones fue la falta de una dirección clara. El proyecto cambió repetidamente de estrategia, de un vehículo eléctrico a un vehículo autónomo y viceversa. Estos constantes realineamientos provocaron confusión y frustración dentro del equipo. Además, los obstáculos tecnológicos fueron mayores de lo esperado. Desarrollar un vehículo autónomo seguro y fiable resultó ser más complejo de lo que Apple anticipó originalmente.
Las diferencias internas de opinión y los cambios de personal exacerbaron los problemas. El liderazgo del proyecto cambió varias veces y cada nuevo líder aportó su propia visión. Factores externos, como los desafíos en el sector automotriz, las preocupaciones sobre la seguridad y el progreso más lento de lo esperado de las tecnologías de conducción autónoma, también contribuyeron al fracaso.
(Lea a continuación: Crash of the Titan: La larga y sinuosa saga del Apple Car)
Una lección para toda la industria
La cancelación del proyecto Apple Car no es sólo un revés para Apple, sino una señal preocupante para toda la industria. Muestra que incluso las grandes empresas de tecnología enfrentan desafíos importantes al ingresar a nuevas industrias. La industria del automóvil es compleja y requiere conocimientos especializados que no pueden transferirse fácilmente desde otros sectores.
Apple ahora se centra en otras tecnologías pioneras. Los empleados restantes del Proyecto Titán se han integrado en el Grupo de Proyectos Especiales (SPG), dirigido por John Giannandrea, jefe de la división de IA de Apple. Su atención se centra ahora en la inteligencia artificial generativa, un área en la que Apple quiere volverse más activa.
El conocimiento y las tecnologías acumulados desarrollados en el Proyecto Titán aún podrían incorporarse a productos futuros. Las posibles aplicaciones incluyen dispositivos controlados por IA o interfaces de usuario innovadoras. De este modo, el legado del Apple Car podría perdurar indirectamente en otros proyectos y fortalecer la posición de Apple en la industria tecnológica.
Fundición
El sueño del coche de Apple sigue vivo
Aunque el proyecto Apple Car ha sido descontinuado, la compañía no ha renunciado a su sueño de irrumpir en la industria del automóvil. Con CarPlay 2, Apple planea ampliar significativamente su presencia en los vehículos. Si bien CarPlay ha ofrecido durante mucho tiempo una forma de integrar varias de las aplicaciones de su iPhone en el tablero de su vehículo, la segunda versión importante del software lleva las cosas al siguiente nivel. Permite un control total de todas las pantallas del automóvil, incluido el control del clima.
CarPlay 2, que se presentó por primera vez en la conferencia de desarrolladores WWDC 2022, ofrece una integración perfecta entre el iPhone y los sistemas del vehículo. Al trabajar con varios fabricantes de automóviles, Apple quiere revolucionar la interfaz de usuario de los vehículos. El objetivo es crear una interfaz estandarizada y fácil de usar que aumente la comodidad y la funcionalidad.
Para los fabricantes de automóviles, esto representa tanto una oportunidad como un desafío. Por un lado, se benefician de la experiencia de Apple en experiencia de usuario e integración de software. Por otro lado, tienen que ceder parte del control. Algunos fabricantes, como Porsche y Aston Martin, ya han anunciado que admitirán completamente CarPlay 2. Otros son más cautelosos y tienen preocupaciones sobre los datos y la identidad de la marca.
Porsche
CarPlay 2 podría ser la forma indirecta de Apple de entrar en la industria del automóvil sin producir su propio vehículo. El Apple Car está muerto, ¡viva el Apple Car! Al expandir su plataforma de software, Apple está fortaleciendo su posición y creando nuevas oportunidades para servicios y aplicaciones en vehículos. Y en este esfuerzo, la experiencia y las tecnologías del Proyecto Titán podrían resultar de gran beneficio.
Este artículo apareció originalmente en nuestra publicación hermana. Macwelt y fue traducido y localizado del alemán.
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