Hace más de seis años que Nintendo lanzó el esperado The Legend of Zelda: Breath of the Wild y desde entonces nos hemos podido enfrentar a una nueva versión de los Centaleón o Lynel, un enemigo que ha estado presente desde la primera entrega de la franquicia. es Zelda: lágrimas del reino estos enemigos están de vuelta y un jugador creó una jaula para derrotarlos fácilmente.
Aunque en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom regresamos al mismo Hyrule que conocimos en Breath of the Wild la vedad es que el juego se siente muy diferente. Además de que el terreno ha cambiado y ahora es posible explorar tanto el cielo como el subsuelo, las nuevas mecánicas de juego ofrecen muchas posibilidades, como construir una jaula para Centaleon o Lynel.
Fue el pasado 6 de julio cuando el usuario @yukino_san_14 de Twitter compartió un pequeño video de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, mostrando su “Valla de revestimiento”, que consiste en una pequeña jaula hecha con cuatro piezas dentro de la que Podemos dejar encerrado a un Centaleón. Al contar con tan poco espacio el Centaleón no se puede mover y en cambio sólo se queda rugiendo en su lugar.
Una vez hecha la jaula el jugador que compartió el clip sólo tuvo que meterse a su interior para poder atacar al Centaleon, el cual no dejó de rugir en todo el rato. En cuestión de un minuto el Centaleon fue derrotado de la forma más fácil que podíamos imaginar, dejando al jugador con objetos muy valiosos como el Cuerno de Centaleon plateado.
El sábado 8 de julio el usuario Chocrab_1226 presentó una nueva versión de la jaula para Centaleon extremadamente en la de Yukino, pero en esta ocasión con forma de casa. “Construí una casa para que Lynel viviera”, fue lo que dijo el usuario cuando compartió un video mostrando su creación en redes sociales.
A diferencia de en el vide de Yukino, el centaleon que queda encerrado en la jaula de Chocrab sacó un arco para atacar con sus flechas, pero estas son bloqueadas por las paredes de la casa. Tras un intento fallido de atacar al Lynel se quedó rugiendo, esperando a ser derrotado o liberado.