El actor Keanu Reeveses reconocido a nivel mundial, y se ha destacado por su compromiso en cada uno de sus proyectos, pero en definitiva, ha dejado muy en claro que NO está interesado en la nueva era donde los actores están siendo digitalmente envejecidos o modificados al salir en pantalla.
Tan es así, que de hecho, el actor ha decidido prohibir legalmente que cualquiera manipule digitalmente su imagen, y así fue como lo reveló recientemente durante una entrevista con el director de John Wick: Capítulo 4, chad stahelskicuya premisa era cómo el dúo ha hecho crecer una de las marcas de acción más taquilleras en este momento, sin apoyarse demasiado en la tecnología y los efectos visuales digitales.
Hasta que llegó el momento en que el actor aseguró que existe una cláusula en su contrato sobre la manipulación digital, y que el actor explicó: «no me importa si alguien parpadea durante una edición. Cambiaron una actuación. [Él no dice cuál.] Añadieron una lágrima a mi cara, y yo estaba como, «¡¿Eh?!» Fue como, ni siquiera tengo que estar aquí».
La conversación avanzó hacia el tema de los tiempos modernos y las tecnologías que permiten que existan cosas como deepfakes. Hacer proyectos como las películas de The Matrix (que sacó una nueva tecnología cinematográfica sustancial para contar una historia sobre los peligros de la tecnología) dejó a Reeves con una conciencia aguda y una inquietud sobre cómo se usa la tecnología cinematográfica:
«Lo que es frustrante de eso [deepfakes] es que pierdes tu agencia”, explicó Reeves. “Cuando das una actuación en una película, sabes que vas a ser editado, pero estás participando en eso. Si entra en la tierra de las falsificaciones, no tiene ninguno de sus puntos de vista. Eso da miedo. Va a Sería interesante ver cómo los humanos manejan estas tecnologías”.
“Están teniendo tanto impactos culturales como sociológicos, y la especie está siendo estudiada. Hay tantos «datos» sobre comportamientos ahora. Las tecnologías están encontrando lugares en nuestra educación, en nuestra medicina, en nuestro entretenimiento, en nuestra política, y cómo hacemos la guerra y cómo trabajamos».
La tecnología deepfake ha puesto a Hollywood en el punto de mira ante todo, ya que los «fans» han utilizado la tecnología para copiar y pegar de manera efectiva las caras de los actores o las imágenes completas sobre otras actuaciones. La situación se ha vuelto un molesto problema, que inevitablemente se ha trasladado a la industria del entretenimiento para adultos o cualquier tipo de contenido no autorizado.