«Las empresas tecnológicas, especialmente aquellas involucradas en el entrenamiento y la inferencia de IA, pueden experimentar retrasos y costos más altos en la adquisición de estos componentes esenciales», dijo Rawat. «Del mismo modo, la escasez de chips para servidores y PC se ve exacerbada por las restricciones a las herramientas de fabricación de chips, lo que dificulta que los fabricantes chinos produzcan chips avanzados para servidores y sistemas de alto rendimiento, lo que podría provocar retrasos o dependencia de nodos menos avanzados».
Las limitaciones de suministro resultantes podrían hacer subir los precios de los chips, reducir los márgenes de beneficio de las empresas de tecnología empresarial o aumentar los costos para los clientes, lo que en última instancia afectaría la competitividad en el mercado.
Para afrontar estos desafíos, las empresas pueden verse obligadas a diversificar sus cadenas de suministro, identificar proveedores alternativos y adaptar estrategias de adquisiciones. Sin embargo, encontrar sustitutos para los semiconductores avanzados puede resultar costoso y difícil, lo que aumentaría aún más los gastos operativos.
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