Esto no sucedió por accidente. Así es como el que alguna vez fue el mayor tiburón de la tecnología, una compañía a la que una demanda de la FTC le pisó los talones hace décadas, ha logrado mantenerse en el lado correcto de los federales, al menos hasta ahora.
Convertirse en el niño del coro del mundo tecnológico
En 1998, Microsoft enfrentó su propia crisis existencial: el Departamento de Justicia lo demandó por utilizar ilegalmente su monopolio de Windows para acabar con su competencia. La empresa perdió la demanda y un juez ordenó su disolución. Después de una apelación, en 2001 Microsoft y el Departamento de Justicia llegaron a un acuerdo en el que Microsoft tenía que compartir código con otras empresas y debía permitir el acceso a Windows a navegadores que no fueran de Microsoft.
Fue poco más que una palmada en la muñeca. A pesar de eso, la compañía cayó en picada porque estaba muy concentrada en defenderse en lugar de atacar agresivamente el mercado móvil, expandirse a la búsqueda en Internet, centrarse en las redes sociales o lanzarse al comercio minorista en línea.
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