“Las empresas que se apresuran a entrenar sus modelos de IA utilizando modelos básicos de Google o Meta tal vez deban hacer una pausa y evaluar el cumplimiento de las normas de privacidad del usuario y las regulaciones locales”, dijo Neil Shah, socio y cofundador de Counterpoint Research. “Esto podría ralentizar la implementación de la IA, especialmente en la UE, donde las empresas dependen de gigantes tecnológicos con modelos a gran escala basados en la publicidad”.
Zonas grises regulatorias
Las empresas que se asocian con empresas como Google u OpenAI priorizarían el cumplimiento normativo, que aborda principalmente la recopilación de datos basada en el consentimiento. Sin embargo, esto crea una zona gris de preocupación, según Faisal Kawoosa, analista jefe de Techarc.
“Legal y técnicamente, se pueden cumplir las regulaciones”, dijo Kawoosa, pero agregó que los usuarios a menudo enfrentan un dilema: sin consentimiento, no se puede acceder al servicio, pero con consentimiento, se utilizan sus datos y es posible que no entiendan completamente cómo.
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